lunes, 15 de marzo de 2010

Monarquía Absoluta


Forma de gobierno por el que tienden a regirse los principales estados europeos en la Época Moderna y en el que la máxima autoridad se confiere a un solo individuo o a un grupo, el rey y la monarquía, y el poder se ejerce en forma arbitraria.
El desarrollo del absolutismo moderno comenzó con el nacimiento de los Estados nacionales europeos hacia el final del siglo XV y se prolongó durante más de 200 años. El mejor ejemplo se encuentra en el reinado de Luis XIV de Francia (1643-1715). Su declaración “L’ Etat c’est moi” (“El Estado soy yo”) resume el concepto de derecho divino de los reyes.



En muchos casos, el absolutismo tuvo una justificación teológica, el rey recibe el poder de Dios y sólo a Dios tiene que dar cuenta de sus actos. En otros casos (el inglés), la soberanía del monarca emerge de un “contrato” entre los individuos de un Estado, que delegan el poder en el monarca.
El principal teórico del absolutismo basado en criterios no teológicos fue el inglés Thomas Hobbes en su obra Leviatán (1651). Según su teoría, los individuos delegan en el monarca el derecho a gobernar y éste ejerce la totalidad de las funciones políticas: hace las leyes, sin estar limitado por éstas, exige su cumplimiento, administra justicia y administra la economía del Estado.

Características

a) Concentración del poder político en el soberano, el rey, quien lo recibe y trasmite por via hereditaria. Sus colaboradores inmediatos y familiares forma la corte. A su criterio escoge sus ministros. Los nombra y los remueve a su antojo. Estos le ayudan a controlar el comportamiento de los ciudadanos, el desarrollo económico del país, a administrar el tesoro público, a dirigir los ejércitos, a mantener relaciones internacionales.
b) No hay un ordenamiento de leyes escritas, se impone la ley consuetudinaria y los dictados arbitrarios del monarca.
c) Existen organismos colegiados que son llamados, por decisión del rey, para consultas relativas a la administración del Estado.
d) Hay tribunales centrales provinciales, pero su dictamen siempre está sometido a la última palabra del rey.
e) Existen comunidades municipales supeditadas a la autoridad del rey.
f) Los súbditos carecen de derechos. En consecuencia, no se les considera iguales ante la ley, y el rey puede dictar medidas en perjuicio suyo sin derecho a defensa (encarcelamientos, nuevos impuestos, prohibición de manifestaciones públicas, reclutamiento, etc)


El absolutismo surge de un proceso de centralización y concentración del poder político, en donde una clase social –la nobleza- y determinadas regiones dentro de cada Estado impulsan la construcción de instituciones políticas y administrativas con el propósito de utilizar los recursos del Estado (dinero, ejército, funcionarios) en beneficio propio.
La centralización se desarrolló en varios planos:
· económica – una sola política económica del Estado en beneficio de una región y de un sector de la sociedad.
· política – imposición de una clase sobre otras (la nobleza), y de algunos sectores de la nobleza sobre otros.
· administrativa – se unifica el territorio del Estado en base a los principios de eficiencia y racionalidad llevados adelante por los funcionarios del Estado.
· jurídica – Un rey, una ley.
· ideológica – Un rey, una religión.
· militar – Un solo ejército al mando del monarca.

Pilares institucionales en que se sustentó el poder del monarca:
· el ejército
· la burocracia
· la diplomacia
· el mercantilismo



Bossuet (1627-1704), teórico francés del siglo XVII, justificaba el poder del rey de la siguiente forma:
“Hay cuatro características esenciales o cualidades de la autoridad real. Primera, la autoridad real es sagrada. Segunda, es paternal. Tercera, es absoluta. Cuarta, está sujeta a la razón.” (“Política extraída de las palabras mismas de las sagradas escrituras”, Bossuet)
Para Bossuet y otros teóricos del absolutismo, ésta era la forma de gobierno más natural. El Estado como garante de un orden social dominado por la nobleza fue lo que buscaron justificar estos pensadores, apoyándose muchos de ellos en el poder de la Iglesia cuyos miembros privilegiados también formaban parte de la elite gobernante. Las justificaciones políticas, jurídicas y religiosas del poder real absoluto intentaba naturalizar ese estado de cosas, pero esto no significó que no existiera oposición social e ideológica a este proceso de centralización y concentración del poder. La construcción de un Estado absoluto y su sostenimiento durante dos siglos, estuvo acompañado de conflictos y contradicciones. Y este proceso es inseparable de los otros procesos históricos significativos de esta época: la crisis y división del cristianismo europeo, la revolución científico-técnica, los cambios en la concepción del mundo y del ser humano, la invasión europea a América, la expansión del comercio, la resistencia campesina a la explotación económica y social, el crecimiento de la economía monetaria y de los comerciantes.
Todos estos procesos estuvieron íntimamente vinculados, se retroalimentaron a la vez que existían contradicciones entre estos. Y fundamentalmente fueron construyendo el itinerario histórico dominante de los siglos posteriores.

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