miércoles, 10 de marzo de 2010

Feudalismo. Concepto.

FEUDALISMO


“Recibe este nombre el sistema político, social y económico predominante en Europa occidental –especialmente en Francia y Alemania- entre los x. XI y XIII, algunos de cuyos rasgos subsistieron sin embargo hasta el s. XVIII. En su forma clásica, se basan en los vínculos de dependencia establecidos entre el rey y los señores, y entre éstos y sus vasallos y siervos. La relación de vasallaje consistía en una obligación de fidelidad y asistencia a cambio de la protección de una persona de condición social superior. Entre el rey y los señores de la nobleza, el vasallaje implicaba la obligación de éstos de asistencia militar, y el reconocimiento u otorgamiento por aquél de cierto beneficio o feudo, consistente en un dominio territorial que incluía derechos y jurisdicción sobre sus habitantes o la facultad de percibir rentas y tributos. Existieron también feudos eclesiásticos. Entre los señores feudales y los habitantes de sus dominios existían relaciones de vasallaje y de servidumbre; las primeras vinculaban a hombres libres obligados a prestar servicios militares y personales o a pagar tributos; los siervos prestaban servicios y pagaban contribuciones (siervos de la gleba, considerados como adscriptos a la tierra, y siervos domésticos).
En lo político, el feudalismo consistía en un traccionamiento del Estado, pues los señores feudales gozaban de amplia autonomía en sus territorios, armaban sus propios ejércitos, acuñaban moneda, percibían impuestos y administraban justicia. La estructura socia estaba rígidamente jerarquizada entre la nobleza de sangre –en cuyo seno, los diversos títulos nobiliarios marcaban también importantes diferencias- y los vasallos y siervos. La economía se basaba fundamentalmente en la explotación agraria y la producción artesanal autosuficiente en los límites del feudo.
(...) Su origen se explica por las circunstancias de un período en el cual, frente a los ataques exteriores, las sociedades rurales subsistieron poniéndose bajo la protección de los jefes guerreros erigidos en señores. La época de plenitud del feudalismo coincidió con el debilitamiento de los reinos europeos; posteriormente, fue declinando por la incidencia de varios factores: las monarquías absolutas centralizaron el poder político, al constituir los estados nacionales; el crecimiento de los burgos o ciudades, y del campesinado libre, fue extendiendo una sociedad no sometida a las relaciones jerárquicas feudales; la expansión del comercio y el desarrollo de la burguesía contribuyeron a ‘abrir’ la economía de los feudos.”
( Di Tella y otros, “Diccionarios de ciencias sociales y políticas”. Ed. Emecé. Buenos Aires, 2001. pp. 281, 282)


“La tierra se otorgaba entonces en concesión, no en propiedad absoluta; se detentaba su posesión y uno era propietario de los frutos que le extrajera, pero no podía enajenarla. El rey conservaba un derecho eminente sobre ella y en determinadas circunstancias podía revocar la concesión. Los señores se reservaban parte de esa tierra; otra parte la cedían a campesinos, en tenencia, con la facultad de usar esos lotes para ellos, pero con la obligación de trabajar varios días de la semana en la tierra del señor. Este sistema de organización económica, tal como se conoció en la Europa del Loire al Rhin, en el Valle del Po y en Inglaterra, se denominó el régimen señorial.”
(Cortés Conde, Roberto – “Historia económica mundial”. Ed. Ariel. Buenos Aires, 2003. p. 35)

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