miércoles, 14 de abril de 2010

Nuevas ideas económicas.


ADAM SMITH
(5 de junio de 1723 – 17 de julio de 1790)


El siglo XVIII fue un siglo en el cual comenzaron a procesarse una serie de cambios en el mundo de la economía y en el de las ideas económicas; protagonista fundamental de esto último fue Adam Smith que se lo considera el fundador de la Economía como ciencia. La época de Smith es la época del comienzo de la revolución industrial en Inglaterra y de los cambios económicos y sociales que esta trajo a la sociedad europea, si bien el pensamiento económico de Smith trasciende el análisis de las circunstancias económicas de su época.
En 1776 publica la "Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones", título bastante sugestivo que nos da la pauta del interés central del pensamiento de Smith: el crecimiento económico. El crecimiento económico de las naciones ... nos encontramos en un período donde los estados estaban culminando su proceso de afianzamiento institucional, y toda mirada económica iba a estar filtrada por el prisma de los estados nacionales. La concepción de crecimiento económico de Smith se encuentra limitada dentro de las relaciones económicas nacientes de aquella época, dos instituciones se encuentran fuera de discusión y enmarcan todo el pensamiento de Smith: la propiedad privada y el mercado.
Estas instituciones emergen del juego de dos fuerzas que marcan la evolución de la economía: el egoísmo y la competencia. Según Adam Smith, los individuos (concepto que en sí ya entrañaba una crítica a la organización social y económica de la época) son naturalmente egoístas, se preocupan de satisfacer sus propias necesidades en primer término, y sus intereses se van difuminando en la medida que se alejan de sus necesidades individuales. Los individuos tienden naturalmente a intercambiar el producto de su trabajo en el mercado donde se desarrolla la competencia. La competencia en el mercado pone freno a los intereses egoístas de los individuos, éstos intercambian sus productos a un valor aproximado dado por el trabajo que llevó la elaboración de dicho producto:
"A menudo es difícil precisar la proporción entre dos cantidades distintas de trabajo. El tiempo utilizado en dos clases diferentes de trabajo no siempre determinará por sí solo esta proporción. Los distintos grados de penosidad soportados y de habilidad utilizada también deben ser tendios en cuenta. Puede haber más trabajo en una hora de trabajo duro que en dos horas de una ocupación sencilla; o en la dedicación de una hora a un oficio que cuesta diez años en aprender, que en un mes de trabajo en un empleo ordinario. Pero no es fácil encontrar una medida exacta de las penalidades o de la habilidad. Al intercambiar el producto de distintas clases, generalmente se prevé un margen para ambas. Sin embargo, no se equilibra de forma exacta, sino con el regateo y negociación en el mercado, llegando a una grosera igualdad que, sin ser exacta, es suficiente para llevar a cabo los negocios de la vida corriente (La Riqueza de las Naciones, pp. 116-117)

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