“Los fisiócratas creen en la omnipotencia de la naturaleza y en la existencia de leyes naturales. Su escuela es uno de los resultados de la doctrina del derecho natural. (...)
Los fisiócratas se interesan ante todo por los derechos económicos y, como el primero de entre ellos, por el derecho de propiedad. ‘El orden esencial’ de las sociedades está fundado, según Mercier de La Riviére, sobre el derecho de la propiedad: ‘El hombre recibe de la misma naturaleza la propiedad exclusiva de su persona y la de las cosas adquiridas por sus esfuerzos y trabajos. Digo la propiedad exlusiva, ya que, si no fuera exclusiva, no sería un derecho de propiedad.’
(...) La propiedad de la tierra es la forma auténtica de la propiedad. (...) El Estado debe ser gobernados por propietarios terratenientes (...)
La agricultura vive de la libertad; existen leyes naturales tan inviolables como el ritmo de las estaciones. El legislador no tiene otro papel que el de reconocer y expresar las leyes naturales; desempeña la función de un escribano de la naturaleza.
Por consiguiente, los fisiócratas son hostiles a toda reglamentación. Aplaudirán las efímeras reformas de Turgot. Su fórmula es ‘laissez faire, laissez passer’.”
( Touchard, Jean – “Historia de las ideas políticas”. Ed. Tecnos. Madrid, 2000. p. 321)
documentos
“No pierdan jamás de vista el soberano y la nación que la tierra es la única fuente de riquezas, y que es la agricultura quien las multiplica. Pues el aumento de las riquezas asegura el de la población; los hombres y las riquezas hacen prosperar la agricultura, extienden el comercio, estimulan la industria, acrecen y perpetúan las riquezas. De tan abundoso manantial depende el logro de todas las partes de la administración del reino.”
“Manténgase una entera libertad de comercio, pues la más segura policía del comercio interior y exterior, la más exacta, y la más provechosa para la nación y el Estado, consiste en la plena libertad de competencia.”
(Quesnay – “ Maximes générales du gouvernement économique d’un royaume agricole” 1767, extraído de Artola – “Textos fundamentales para la Historia”. Ed. Alianza)
sábado, 24 de abril de 2010
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