jueves, 26 de agosto de 2010

Revolución Industrial. Texto.

La Revolución industrial, iniciada en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVIII es el fenómeno histórico que más decisivamente ha afectado la forma de vida de la humanidad desde la invención de la agricultura (…)

La Revolución industrial consiste en un cierto número de innovaciones técnicas que determinaron una serie de transformaciones estructurales en el proceso de producción de bienes, que a su vez permitieron el tránsito de una situación económica estática a otra de crecimiento autoinducido (…) determinando el establecimiento de un sistema económica capitalista, tanto en el orden financiero como en el jurídico.

El fenómeno de la Revolución industrial no admite una explicación lineal a partir de una causa única, y la idea de una brusca ruptura ha quedado matizada por las más recientes investigaciones, que han puesto de relieve la existencia durante todo el siglo de un desarrollo moderado pero constante, creador de las condiciones necesarias para el lanzamiento que se produjo en los últimos decenios del XVIII.

Entre estos requisitos cabe señalar: 1º el incremento de la productividad agrícola mediante una explotación científica (…), que suprime el barbecho (sistema Norfolk), y mejora las especies ganaderas merced al cruce de ejemplares seleccionados;

2º el desarrollo de un sistema de comunicaciones, por carretera, gracias al revestimiento de los caminos y por el agua mediante la construcción de muelles en los puertos (Liverpool en 1709), la apertura de los ríos a la navegación y la construcción de canales;

3º un sistema financiero que permite la movilización de capitales en forma de créditos con baja tasa de interés (del 8% a comienzos del siglo al 3% del Consolidated Stock en 1757) y facilita las transacciones mercantiles merced a un flexible mecanismo de pagos, tanto interior como exterior (papel moneda y sistema bancario. En 1750 hay 12 agencias fuera de Londres, que en 1810 se aproximan a las 800).

Dadas las condiciones citadas el desarrollo tecnológico constituye el factor decisivo en el impulso inicial. Los avances técnicos consisten de una parte en la aparición de nuevas máquinas y en la puesta en explotación de las fuentes naturales de energía hasta entonces sin explotar.

La industria textil sufría de un estrangulamiento en el proceso de producción debido a la insuficiencia de la rueca para proporcionar hilo en cantidades suficientes para el abastecimiento de los telares, carencia incrementada de resultas de la invención en 1733 de la lanzadera volante. Entre 1765 y 1780 aparecen diversos tornos de hilar (spining Jenny, water frame y la mule de Crompton) que resuelven problemas de la hilatura a cambio de invertir la coyuntura al crear una insuficiencia de telares que no se resolverá hasta la invención por Carwright del telar mecánico (1785), de los que en 1836 habrá cien mil unidades en Inglaterra. El desarrollo de la producción de telas conducirá a nuevas invenciones para facilitar la obtención de materia prima, como la desmotadora de algodón de Whitney (1794), o la manipulación de las telas (máquina de coser de Howe en 1846). Paralelamente se producen decisivos cambios técnicos en la industria minero-siderúrgica tanto en el transporte (rail de hierro colado de Curr en 1777) como en las condiciones de explotación (lámpara de seguridad de Davy) o transformación (fuelle de Smeaton, pudelación de Cort, rollin mill, etc.)

Hasta la segunda mitad del siglo XVIII la explotación de las fuentes naturales de energía, exceptuadas las de origen biológico, se había reducido exclusivamente a la utilización del viento (molino, navegación a vela) y de la corriente de los ´rios (molino hidráulico, navegación fluvial). La Revolución científica proporcionó al hombre las posibilidades conceptuales necesarias para poner a su servicio las múltiples formas de energía natural existentes en torno suyo. El vapor había atraído desde tiempo atrás la atención, pero no se llegó a una utilización eficaz hasta el descubrimiento de la máquina de vapor de Watt (1785) que elevará la energía de ese origen de 10000 HP en 1800 a 1,3 millones medio siglo después. Y antes de que termine el siglo la explotación del petróleo y la electricidad supondrá una importante ampliación de los recursos energéticos. La nueva energía encontró rápidamente multitud de aplicaciones, fundamentalmente en el terreno de las comunicaciones, con el ferrocarril surgido de la aplicación por Trevithick de la máquina de vapor al vehículo y al rail, idea que no encontrará aplicación eficaz hasta que Stephenson construya la locomotora, y con la navegación a vapor derivada de una aplicación paralela realizada por Fulton.

La producción de bienes realizada hasta entonces mediante el uso de herramientas (telar de mano, torno y rueda de alfarero), es decir instrumentos inertes que dependen doblemente del hombre por cuanto requieren la habilidad del artesano y la fuerza motriz de su brazo, se modifica radicalmente con la aparición de la máquina, que se independiza de las anteriores limitaciones y se constituye en núcleo del proceso productivo. La máquina, incapaz de sustituir al hombre en sus diversas actividades, le rebasa ampliamente en procesos determinados, por cuanto multiplica la velocidad y supera la falta de continuidad y control en la aplicación del esfuerzo humano. Las consecuencias que se derivan de los caracteres de la máquina son:

1º la sustitución del trabajo masculino especializado por el más económico de las mujeres y los niños, cuya carencia de fuerza y habilidad suple la máquina.

2º la descomposición analítica de las distintas operaciones del proceso de producción (división del trabajo) para aplicar en una o varias de ellas las posibilidades la máquina con la consiguiente inadecuación del artesano al nuevo trabajo.

3º la normalización de la producción que permitirá el fabuloso incremento en la cantidad de bienes fabricados.

4º el tamaño y el costo de la máquina impiden que el artesano conserve la propiedad de los medios de producción que pasan a manos del empresario capitalista, produciéndose el tránsito del taller a la fábrica, lo que determina un sensible empeoramiento de las condiciones laborales.

5º la competencia de la producción maquinista arruina al artesano, que se ve forzado a desplazarse en busca de la fábrica, convirtiéndose en un proletario desarraigado de su contexto social originario y obligado a vivir en el suburbio, al lado de las máquinas, por razones de economía de alojamiento y desplazamiento.

La utilización de máquinas se convierte en la decisiva realidad económica. La competencia propia de la economía del mercado determina la aparición de un sistema capitalista de producción y esto en dos fundamentales aspectos: 1º la parte del capital fijo aumenta, obligando a inversiones crecientes, que superarán la aportación del trabajo. La fábrica implica una importante movilización de riqueza que creará una creciente demanda de dinero en forma de capital, que a su vez hará surgir notable diferencias entre empresas países en virtud del capital industrial de que disponen (países capitalistas y subdesarrollados)

2º la apropiación privada del capital industrial, dadas las peculiares condiciones del sistema fabril y de la economía de mercado libre de trabajo da origen al sistema capitalista que a su provoca la lucha de clases.”

(Artola, Miguel – Textos fundamentales para la Historia. Alianza Editorial pp. 510-515)

lunes, 23 de agosto de 2010

Revolución Industrial. textos

"La exactitud del título "La Revolución industrial" como aplicable a esta serie de cambios es
ampliamente discutible. Los cambios no fueron propiamente "industriales" sino también sociales e
intelectuales. Por otra parte, el término "revolución" implica un cambio repentino que no es, en realidad,
característica de los procesos económicos. El sistema de relación entre los hombres que ha sido llamado
capitalismo se originó mucho antes de 1760 y alcanzó su pleno desarrollo mucho después de 1830; existe
por consiguiente el peligro de ignorar el factor esencial de continuidad. Pero en vista de que el término
"revolución industrial" ha sido empleado por muchos historiadores y plenamente adoptado dentro del
lenguaje común, sería pedantesco tratar de sustituirlo".
(Tomado de Ashton "La revolución industrial")
"Desde mediados del siglo XVIII, el proceso de aceleración, el proceso de aceleración se hace tan patente
que los antiguos historiadores tendían a atribuir a la revolución industrial la fecha inicial de 1760. Pero un
estudio más detenido ha hecho a los expertos preferir como decisiva la década de 1780 a la de 1760, por
se en ella cuando los índices estadísticos tomaron el súbito, intenso y casi vertical impulso ascendente que
caracteriza el "take off". La economía emprendió vuelo...
Sea lo que fuere de estos cómputos, fue probablemente el acontecimiento más importante de la historia
del mundo, y, en todo caso, desde la invención de la agricultura y las ciudades. Y lo inició Inglaterra. Lo
cual evidentemente, no fue fortuito."
(Tomado de Hobsbawm "Las revoluciones burguesas")
"El estudio de los movimientos de la población en Europa no es sólo para el demógrafo un tema de gran
interés sino también para quienes se interesan por la historia económica: el aumento o reducción del
número de productores y consumidores y los procesos demográficos repercuten directamente en el
desarrollo industrial.
En el sector agrícola, asimismo, los incrementos de población han fomentado el estímulo de la
producción, bien aumentando el área de tierra cultivable o promoviendo la introducción de métodos más
racionales de cultivo.
(...) la excesiva densidad de una población en aumento fue tan solo uno de los condicionantes del
desarrollo de las sociedades industriales, ya que no puede resolverse la gran afluencia de mano de obra sin
la presencia de técnicas, de capital y de espíritu de empresa. Pero siempre que se den estos factores, el
incremento de población invariablemente estimula la producción industrial."
(Tomado de Armengaud, A. La población europea 1700-1914. En Cipolla C. M. Historia económica de
Europa.)